¿Qué haces con tus riesgos?

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Tomás Gómez Luría

La gestión riesgos es una disciplina formal para las grandes organizaciones. En ellas identificar, analizar y administrar sus riesgos es tarea de especialistas. Sin embargo, no es lo mismo en la pequeña y mediana empresa. La estadística es contundente, siete de cada diez PYME en nuestro país operan sin coberturas de riesgos (incendio, responsabilidad civil, etc.).

¿Qué es el riesgo?

De acuerdo con el diccionario de la lengua española, un riesgo es la «proximidad de un daño».

Puede ser algo tan simple como trasladarnos en nuestro automóvil.  Esta sola actividad nos expone a una colisión o a lesionar un peatón, entre otros eventos.

O la posibilidad de un evento catastrófico; por ejemplo, un terremoto.

El riesgo es parte de nuestra vida personal y profesional. Si tenemos que convivir con él, entonces aprendamos a gestionarlo:

  1. Evitarlo. En algunas ocasiones podemos optar por evitar un riesgo.  Si usted sabe que hoy quizá llueva y no quiere manejar con lluvia, simplemente no salga y evitará el riesgo de un siniestro. Pero, ¿y si tiene compromisos que debe atender aunque llueva?
  2. Prevenirlo.Si de todos modos manejará con lluvia, será conveniente que revise los limpiadores de parabrisas, sus luces de día y sus llantas para minimizar el riesgo de accidentarse.
  3. Asumirlo. Como haste este punto ( y en el ejemplo de manejar con lluvia) el riesgo sólo pudo ser minimizado, pero aún existe. Usted debe decidir si asumirá la pérdida en caso de un siniestro.  Aquí su decisión se basará en su capacidad para absorber la pérdida. ¿Tiene suficientes recursos para comprarse otro auto en caso de pérdida total? ¿o para pagar los gastos médicos de un peatón lesionado?
  4. Transferirlo. Usted puede (y debe) trasladar el riesgo a otros, si su patrimonio se ve amenazado en caso de un siniestro. El origen del contrato de seguro es precisamente ése: transferir las consecuencias de un riesgo a un institución que cuente con reservas, y no pagar estas consecuencias con su patrimonio personal o con los activos de su empresa.

En conclusión, bien sea usted un padre de familia o el propietario de una empresa, haga un inventario de sus riesgos y un plan para administrarlos.  Encontrará riesgos tan pequeños que fácilmente podrá asumirlos sin ayuda, pero existen otros, que por su alcance no tendrá otra opción que transferirlos.

Por favor si tiene dudas o preguntas sobre este tema no dude en escribirlas en el espacio de comentarios.

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Publicado por Tomás Gómez Luría

Es autor del blog Soluciones para el Retiro, en el que comparte su experiencia en materia de Retiro y Ahorro para profesionales y emprendedores.

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